sábado, 19 de mayo de 2012

LA CALETA (UN TROCITO DE GLORIA)


J.J.D.R.
La mañana asoma lentamente por el campo del sur. La tenue luz emborrona la platea de estrellas rezagadas que desaparecen fugazmente para dejar el cielo desierto de luces, vacío y limpio, a la espera de un acontecimiento sublime.
Han llegado temprano y miran hacia el horizonte.
Tras los muros del castillo de San Sebastián, el espectáculo está a punto de comenzar.
Un escalofrío sacude sus cuerpos.


Les ocurre siempre que escudriñan el amanecer en la bahía de su alma.
Ligero caminan, llevando el sonido del mar a sus pensamientos, desoyendo el bramar de los coches sobre los adoquines del paseo marítimo que comienzan a romper la calma del nuevo día con el estruendo de sus motores.
Bajo la gorra marinera de Paco Alba, el busto pétreo musita la letra de un tanguillo antiguo.
El maestro del carnaval mira la mar.


Prendido de sal y levante, la musa de sus comparsas guarda celosamente su antifaz de oro al compás que marca la rosa de los vientos, mientras el eterno comparsista obnubilado por el tardío amanecer, continúa silbando sus letras al poniente gaditano.

                                                            
                                                                      Dale al reproductor

Miran la mar y les parece mentira. No creen que hayan pasado tantos años. No logran asumir que la vida, un día, les alejase de su bahía y el tiempo les haya arrinconado tantos kilómetros tierra adentro.
El antiguo tanguillo sigue en la fragua de sus mentes.
Tararean de corrido la melodía y siguen caminando hacia la entrada de la caleta.
El blanco y hermoso arco de piedra es un ventanal abierto al mar. 


Cruzarlo significa unirse al atlántico, sentir la sal en la cara, paladear la brisa marinera junto a las piedras que saludan al viandante.
Cuantas veces habrán jugado de niños en aquellas rocas, piedras antiguas y vecinales que tienen nombre propio.
Allí está la piedra cuadrá, recogiendo la sal del atlántico en su cubil pétreo. La piedra reonda, que comienza a perfilar su forma de canasto con la bajamar, y la del erizo, la palangana, la puntilla y la laja; continúan formando parte de la vida de los gaditanos, un recuerdo alrededor de cada una de ellas, un tránsito continuo de la mar por la vida de los caleteros.


Se sientan en la muralla.
La mar está vacía y los cangrejos moros se esconden en los huecos de las piedras con sus ojos saltones esperando el envite de las olas.
Un par de blancas gaviotas escapadas de un verso de Alberti, se baten en duelo aéreo, sobrevolando en picado la gorra de un pescador que descalzo sostiene un pitillo entre los labios desenreda con maestría su sedal y engorda el anzuelo de la caña bajo la atenta mirada de un niño de piel canela y pelo ensortijado.
El espectáculo comienza.


El sol se eleva taciturno sobre la perpendicular del faro del castillo.
Su ambarina silueta de fuego refulge en la bahía y la mar cambia de color.
Las murallas exhalan arena y la luz del día se cuela en las garitas que adornan el paseo. A derecha e izquierda el agua reparte espuma entre las piedras, seduciendo de nuevo, como cada mañana, la tierra que disemina y esparce embrujo por Andalucía. 
Descalzos saltan de la muralla a la roca resbaladiza.
Ahora siente realmente que está en Cádiz. El atlántico se vierte entre sus dedos dándoles la bienvenida.


La bajamar deja paso a un campo sembrado de piedras que llega hasta las faldas del castillo.
Los muros del castillo de San Sebastian, solemnes, acusan el envite de las olas mientras el horizonte se pierde a través de la suave luz de un sol aún dormido.
Las piedras reposan sobre un islote milenario.
Dicen que posiblemente Kronos oyese cánticos y alabanzas en esta tierra. Cuentan que la deidad griega dueña del tiempo, recibió incienso y áloes divinos entre los muros de un santuario de culto en su honor.


Cádiz es así.
Nacida de lo divino y lo humano, creció amamantada por aventureros fenicios y fue criada entre cartagineses, griegos, romanos y árabes.
El sol llega a su lugar de oficio.
Sobre la perpendicular de la playa acaricia la dorada arena y hace que las quijadas de las barcas brillen sobre la espuma.


PANORAMIO.COM

Emprenden el camino de regreso pretendiendo no sentir lo que sienten.
Necesitan caminar para no tropezar con sus recuerdos.
Sólo la esperanza calma su melancolía.
Volver siempre, regresar, hacer rápido el camino de vuelta para así comenzar a pensar que ya queda menos para el regreso.
Comienzan a desandar lo caminado.
La Viña aparece acurrucada a su diestra.


Al fondo del callejón, la iglesia de la Palma despabila sus puertas con los primeros feligreses que comienzan a traspasar el viejo pórtico bajo la piel resquebrajada de sus centenarios muros barrocos.


Hierve de bullicio su añorado barrio. Huele a sal y pescado.
Se escucha el murmullo del mar en las calles caleteras donde un día el carnaval encontró cobijo y morada.
Frente al antiguo Hospital de Mora ya sombrea la silueta del anciano ficus.
Al amparo de las enormes raíces del árbol gaditano secan la redondez de unas lágrimas que rasgan sus mejillas.

FICUS GADITANO FOTO WIKIPEDIA

Son recuerdos que brotan de sus ojos. Decenas, cientos, miles de imágenes recobran vida en su memoria. Los años han pasado tan temprano que el ayer y sus vivencias palpitan como en un inmenso holograma.


CLARIN.COM

Siempre quisieron volver. Siempre desearon el regreso. Pero mientras la vida les envió de acá para allá por esos mundos de Dios, la bahía de su alma se fue alejando de su horizonte… aunque nunca de su espíritu.
El antiguo balneario parece abrazar la mar y el castillo de Santa Catalina guarda entre sus muros el traído y llevado secreto de ultramar, antaño desvelado en costas lejanas donde nacieron almas gemelas.


NEXUFOTOGRAFIABLOGSPOT.COM

Cogidos de la mano bajan la resbaladera.
Junto a las barcas que bailan al ritmo de las olas, sonríen al ver cómo los miembros de su familia pisan alegremente la húmeda y morena arena.
Sonríen los que están y más sonríen los que faltan.
Pues la caleta guarda un rinconcito para cada alma y, aunque algunos no están físicamente, su recuerdo revolotea entre las figuras chinescas dibujadas por el sol y la tibia brisa que muy bajito murmulla anécdotas pasadas.
Pronto se marcharán de nuevo. Pronto dejarán la alcoba de su niñez para enjugar sus lágrimas con la esperanza del regreso. El viaje les mandará de nuevo tierra adentro donde la meseta se funde en gigantes cimientos y la muchedumbre va y viene a lomos de un caballo llamado estrés.


… Dicen los castizos, del lugar al que regresamos, que es el mejor sitio para descansar y además desde allí alcanzas el cielo.
Lo que no saben, y seguramente no puedan entender,  es que desde aquí, desde nuestra caleta… la gloria abre sus puertas cada día y alcanzarla es sumamente fácil; solamente es necesario sentirse caletero y mirar la mar como lo hace un gaditano.




 A mis padres:
Que marcharon de su tierra y nunca han dejado de soñar con el regreso.
A mis tíos y tías:
Que acoplados en otra tierra, seguro sienten la brisa de la bahía sosegando sus sueños.
A mi familia gaditana, a todos.
A mi tacita de plata y los atardeceres sublimes en la caleta.
A los gaditanos.
Felicidades mamá, felicidades hermana en el día de vuestro cumpleaños, os quiero.




























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32 comentarios:

Little Moon dijo...

Hola Jorge , una entrada muy bonita , me uno a la felicitación de cumpleaños de tu hermana , unas fotos preciosas , y la entrada muy emotiva me a gustado mucho , la verdad es que yo hace un año estube de vacaciones en Cádíz por que lo la había vistado nunca , y es preciosa , este verano no se donde iremos de veraneo , te deseo una feliz tarde , un abrazo de Lm.

Tamara dijo...

Cádiz es realmente hermoso, yo estuve de vacaciones allí el año pasado y bueno... tengo unas fotos espectaculares.

Un besazo.

Anónimo dijo...

Muchas gracias hermano,ya puedes imaginarte,casi no he podido terminar de leer ya que las lagrimas me nublaban la visión.Precioso y emotivo,es tal el sentimiento que no se puede explicar.Nosotros le debemos mucho a Madrid que es la tierra que no has visto crecer y en la que han nacido nuestros hijos pero jamás olvidamos la tierra donde están nuestras raices,donde hemos pasado momentos inolvidables junto a nuestra familia gaditana la que siempre espera nuestra llegada y nos reciben siempre con los brazos abiertos.Gracias,te quiero.

Anónimo dijo...

Que decir , precioso jorge muy bonito , bueno yo soy el pequeño de la familia y mis recuerdos junto con vivencias de Cádiz son distintas a las buestras , pero el sentimiento hacia este lugar increíble y por supuesto vosotros mi familia es el mismo .
Ojala muchas de las personas que existen en este planeta " amasen " como lo haces tú.
Soy parte de tus virtudes pero también de tus rarezas , simplemente soy tú hermano:

Redobladillo dijo...

Hola Jorge has descrito con tanto amor y cariño lo que significa Cadiz para ti y tu familia, que no te quepa la menor duda en la distancia se le habran empañados los ojos con algunas lagrimas pues la felicitacion es muy sencilla, bonita y bien redactada lo valoraran mas que cualquier regalo material al haberle tocado la fibra sensible de sus Raices. Un abrazo de un seguidor de tus bonitas redacciones.

Monja de Clausura Orden de Predicadores dijo...

Buenas tardes Jorge, disculpa que tarde en comentarte, no dispongo de más tiempo, pero ya estoy aquí, admirando esas bellas fotografías de Cádiz, un lugar precioso. El mar la embellece como una novia al novio.
Te dejo mi ternura
Sor.Cecilia

Jorge Donato dijo...

Estimada Little Moon,
Gracias por tus palabras. La verdad es que Cádiz tiene algo especial, y cuando uno recuerda su luz y la calidad de su gente, solo salen palabras de alabanza y bellos recuerdos.
Un abrazo.

Jorge Donato dijo...

Hola Tamara,
Me alegra que tu visita a Cádiz te gustase y disfrutases de tu estancia allí. Es una tierra para disfrutarla, sin lugar a dudas.
Un abrazo.

Jorge Donato dijo...

Hola hermanita,
Me alegro que te haya gustado este pequeño y humilde relato de un paseo por la caleta. Lo tenía escrito desde hacía algún tiempo y que mejor momento para que lo leyeseis que en día de vuestro cumpleaños.
Un beso muy grande hermanita.

Jorge Donato dijo...

Hermano,
A mí me vale con que sigamos disfrutando de tan linda tierra, y sobretodo de tan grande y hermosa familia.
Un besazo.

Jorge Donato dijo...

Querido Redobladillo,
Pequeño y sencillo homenaje a los gaditanos que un día tuvieron que salir de su tierra y buscarse las habichuelas lejos de Cádiz.
También es un pequeño guiño a nuestra tierra y a uno de sus lugares más emblemáticos.
Me hace muy feliz que te haya gustado.
Un beso.

Karras dijo...

Hoy el sol se ha quitado el sombrero y a querido mostrar la mas cálida de sus luces como reverencia a tus palabras. Hoy yo también he sentido el nerviosismo de acercarme a la caleta, he caminado a tu lado por esas calles llenas de nostalgia, bellos y coloridos recuerdos, he palpado el amor que sientes por tu familia y he disfrutado de un paseo por las calles del cariño. Hoy yo también he sentido el orgullo de ser Gaditano. ¿Sabes? hay un dicho popular que dice que los de Cadiz somos tan chulos que nacemos donde queremos. Un abrazo grande Jorge.

Lembranza dijo...

Felicidades a tu madre, a tu hermana, por el hijo y hermano tan fantástico que tienen!!!
Yo so soy de Cádiz, soy de la otra punta de la península, pero tengo un recuerdo preciso de esta ciudad, hace cinco años la conocí por primera vez y me gusto muchísimo, sus monumentos, sus calles, su malecón, la caleta... pero mucho más, su gente.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Te has salido amigo.

Ricardo Castilla

Jorge Donato dijo...

Estimada Sor Cecilia,
Muchas gracias por pasear por este sendero que, en esta ocasión, transitó bajo la enigmática y mágica luz que baña la había gaditana y su preciosa caleta.
Un abrazo.

Jorge Donato dijo...

Amigo Karras,
Tus letras de hoy en este sendero que recorría la tacita de plata me han hecho sentir una gran satisfacción,
Por sentir que un sentimiento escrito es algo global y puede llegar a todo el mundo y sentirse identificado, y por saber que hay un ciberespacio amplio y lleno de gente estupenda como tu.
Gracias por caminar conmigo por la senda de los recuerdos gaditanos.
Un abrazo amigo.

Jorge Donato dijo...

Amigo Richy,
Fueron letras que salieron del corazón. Seguramente, cuando conoces y quieres algo, sientes por ello y deseas escribir porque las palabras no salen de igual manera, la tarea es más sencilla.
Te mando un abrazo amigo.

Jorge Donato dijo...

Qué decir Lembranza?
Tus palabras me emocionan.
Si algo tengo de lo que presumir en mi vida, es de la gran familia que tengo, y el cariño sincero que siempre recibo.
Dedicarles de forma humilde unas letras recordando nuestra tierra, me pareció una bonita manera de felicitación.
Un abrazo amiga y espero que vuelvas algún día a la caleta para que te bañes con su luz y su alegría.

MA dijo...

Amigo mío precioso post cuando lo he visto me has dado una alegría pues he recordado hermosos tiempos donde para mi era maravilloso abrir mi ventana del salón y dormitorio y ver La Caleta.

Estuve viviendo casi cinco años en Cádiz justo en frente de La Caleta, de esto hace 31 años...era yo una jovencita...y lo recuerdo con mucho cariño.
Me encanta el mar...

Hermosas imágenes con excelentes textos.

Besos de MA y feliz día.
El blog de MA.

TORO SALVAJE dijo...

Un paseo delicioso.
Me ha gustado mucho.

Estuve en Cádiz un fin de semana de hace mucho tiempo.
Me pareció una ciudad preciosa.

Saludos.

sabores compartidos dijo...

Una preciosa entrada JOrge, las fotos son preciosas no me extraña que digas que desde allí se puede ir al cielo.
Contenta estará tu familia con este homenaje y felicitación que les has dedicado.
Me ha encantado esta visita que nos has ofrecido de sus calles y colores.
un abrazo amigo

OZNA-OZNA dijo...

gracias querido y admirado amigo por hacernos participes de la belleza de tus letras y no menos fotografías, muchos besinos para ti y tu amada hermana que haya tenido un día precioso y feliz de cumpleaños

Jorge Donato dijo...

Amiga MA,
Suerte la tuya al haber disfrutado durante años de vistas tan maravillosas de la caleta. Yo me crié en Madrid y solo he podido gozar de sus atardeceres en vacaciones.
Gracias por tus letras en mi sendero que esta vez trascurrió por los recuerdos de mi amado Cádiz.
Un abrazo.

Jorge Donato dijo...

Amigo Toro Salvaje,
Me alegra que las humildes letras que dedico a la tierra de mis padres y la mía propia te hayan gustado.
Gracias por tu caminar por este sendero.
Un abrazo.

Jorge Donato dijo...

Estimado Orthos,
Me siento alagado por tus palabras.
Cuando uno habla con el corazón de las cosas que quiere, resulta más fácil encontrar las palabras adecuadas.
Un abrazo.

Jorge Donato dijo...

Amiga Ozna-Ozna,
Me alegra saber que te ha gustado la entrada, dedicada ene esta ocasión a un trocito de la tierra que me vio nacer. Gracias por visitar este sendero de historias y recuerdos.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Preciosa ciudad es Cádiz yo no nací allí pero es como si asi fuera ,tengo inolvidables recuerdos de esa hermosa ciudad y sobre todo de sus calles y su gente, gracias por esta entrada tan emotiva, en verdad consigues que se me salten las lágrimas
Un besazo.

Jorge Donato dijo...

Anónimo lector de este humilde sendero de historias,
Cádiz tiene ésa extraña facultad. Cuando uno camina bajo la luz que ilumina la bahía, queda atrapado por ella y empujado además por el carisma y la alegría que desprenden los moradores de las estrechas calles de la tacita de plata.
Un saludo.

Estampida Animal dijo...

Ole oleeee, por fin un sitio que he visitado y puedo afirmar que es precioso :D! Las fotos hablan por si solas.. y Jorge, en el texto de este post se nota que hay sentimientos y que te toca el corazon hablar de la caleta :D es lo que tiene Cadiz, que no se puede olvidar!!! Aunque sea tarde besos a tu madre y hermana ^^

Rayén dijo...

Que bellas imagenes.Felicitaciones, la caleta y la mar tienen calidez.

Mis saludos cordiales.

Jorge Donato dijo...

Amiga Estampida,
Sin duda tú conoces este sitio y sabes de la maravillosa luz que ilumina tan bella playa caletera.
Un abrazo y me alegra verte caminando por este tu sendero.

Jorge Donato dijo...

Amiga Rayén,
Gracias por tus palabras y por pasear por este humilde sendero que en esta ocasión se perdió por entre las rocas caleteras de la tacita de plata.
Un abrazo.

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