J.J.D.R.
Sentados cómodamente alrededor de la pequeña mesa, las pastas y dulces decoraban el mantel y el aroma de la esencia del café invadía el salón de casa.
La conversación había pasado de diseccionar con opiniones las últimas noticias de la semana, para luego emprender un viaje con la mente y la palabra por aquello lugares que a cada uno de nosotros le gustaría visitar una vez en la vida.
Apareció Egipto y se habló con lógica de Roma y Grecia, alguno desvió su ruta hasta la lejanía de las islas de Borneo y Pascua e, incluso, hubo quién soñó con atravesar la selva amazónica o ascender los empinados e inevitables senderos que hay hasta enfrentarse cara a cara con la majestuosidad de Machu-Pichu.
De un lado a otro del globo viajamos bajo el influjo de la mente disfrutando de una agradable tertulia. Cuando llevábamos un rato con la maleta de la ensoñación a cuesta, recayó el turno de palabra en mi hermana Susana, quien, tras una pausa, adelantó el que sería nuestro siguiente destino; -algún día viajaré a Petra dijo-, y un murmullo de aprobación precedió a su exposición sobre lo que sabía de tan antigua y esplendida ciudad nabatea.
LA MAJESTUOSA CIUDAD DE PETRA |
Situada en Jordania, cerca del mar muerto, Petra es tierra de leyendas bíblicas y de beduinos viajeros que, encubierta por farallones de roca y angostos senderos de árida tierra, fue uno de los lugares más destacados de la ruta de la seda y por ende del mundo antiguo.
Tatuado en la piel rocosa de la montaña, relieves majestuosos evidencian en sus fachadas la sorprendente habilidad creadora de los antiguos arquitectos de la ciudad jordana.
Algo así debió pensar el joven explorador suizo Johann Ludwig Burckhartd cuando, a comienzos del siglo XIX, redescubrió la ciudad de Petra sorprendentemente labrada en la roca. Llegar hasta Petra no le resultó nada fácil. El imperio Otomano ejercía una dura imposición sobre sus territorios y la presencia de extranjeros en sus tierras podía conllevar incluso la muerte. Era territorio hostil dónde los beduinos ejercían su derecho de pernada a todo aquel que se adentrase en sus dominios.
SINUOSOS SENDEROS QUE CONFLUYEN EN LA GRAN FACHADA DE PETRA |
Estando en el Cairo el joven e intrépido Burckhartd escuchó noticias de una ciudad antigua que se encontraba en un lugar inaccesible entre las montañas jordanas. Conocía las costumbres musulmanas, había estudiado el Corán con entusiasmo é, incluso, había viajado haciéndose pasar por musulmán por territorio egipcio. Así que pensó que sería una grata aventura adentrarse por nuevos territorios tras la pista de la afamada ciudad labrada en la roca de la que tanto había escuchado hablar.
Utilizando el falso nombre de Ibrahim Ibn Abdallah emprendió su viaje acompañado de un beduino que le serviría de guía.
Con su equipaje a cuesta y su camuflada identidad poniendo en riesgo su vida, llegó hasta las desérticas tierras que controlaban los beduinos. Para no ser reconocido como un intruso extranjero previamente dijo que se encaminaba por aquellos territorios para rendir honores a Aarón hermano de Moisés, y que sacrificaría una cabra en su tumba, sepulcro que lindaba con la ciudad mágica que perseguía.
Poco después estaba caminando por un sendero estrecho entre grandes desfiladeros. El calor sofocante era un desánimo continuo y, en ocasiones, las dos paredes rocosas que pertrechaban el camino, se estrechaban tanto que ni el sol podía penetrar a través de ellas.
El trayecto entre las múltiples encrucijadas desembocó al final en una pequeña explanada frente a una fachada de piedra rojiza deliciosamente labrada.
JOHANN LUDWIG BURCKHARTD, (FOTO WIKIPEDIA) |
El joven Burckhartd quedó extasiado. Por doquier aparecieron ante sus ojos tumbas excavadas en la piedra y grandes columnas finamente talladas por antiguos pobladores.
La enorme fachada de la ciudad de Petra apareció ante su mirada atónita. Tomó notas e hizo dibujos a escondidas tratando de no ser descubierto por su guía. Los beduinos llamaban aquel lugar Khazmeh al-Faroum, y se decía que fue el palacio donde un faraón escondió un gran tesoro.
Burckhartd había redescubierto Petra y enseguida se dio cuenta de que estaba ante un monumento extraordinario del mundo antiguo. Temiendo que le descubrieran, ascendió la montaña sagrada de Aarón (Jebel Haroum) y cumplió con el sacrificio que había prometido. Ya de regreso, en agosto de 1812, describió en su cuaderno las maravillas encontradas en Jordania y dió a conocer al mundo la majestuosa ciudad de Petra, reino y patria de los antiguos nabateos.
Pero no fue hasta llegado el siglo XX después de que el imperio otomano desapareció de territorio jordano cuando se pudo comenzar las excavaciones y establecer una cronología sobre Petra.
Petra (piedra en griego) se encuentra al este del valle de Arauá y se extiende cercano al Mar muerto hasta el golfo de Aqaba. Los cincuenta grados centígrados son fáciles que se superen en tierra tan inhóspita. Los Beduinos,- nómadas viajeros que vendían productos agrícolas y ganaderos por la región-, fueron los guardianes en la antigüedad del paradero de la ciudad de Petra.
TEMPLOS, TUMBAS Y MAUSOLEOS EXCAVADOS EN LA MONTAÑA |
Aunque se sabe que la zona estuvo habitada desde al menos el 10.000 a.c, (vestigios en Beidha) los primeros asentamientos y la fundación de la ciudad se cree recayó en el pueblo edomita posiblemente en el siglo VII a.c. Un siglo después fue ocupada por los nabateos, siendo estos los encargados de instaurar allí su reino y convertir Petra en una gran ciudad hasta que llegado el 63 d.c. el imperio romano de mano de Pompeyo ocupó la zona y anexionó los territorios a su imperio.
Durante mucho tiempo Petra se convirtió en lugar imprescindible de paso de las caravanas que hacían rutas de distribución de sedas con la India, marfil con África, perlas que llegaban del Mar rojo e incienso desde el sur de Arabia. Por aquel entonces la ciudad de piedra se convirtió en punto estratégico de caravanas viajeras y refugio para los comerciantes de la ruta de las seda, la más importante de la época.
La entrada a la ciudad se hacía a través de un estrecho y angosto cañón de un kilómetro de recorrido franqueado por farallones rocosos de más de ochenta metros.
Pero llegado el siglo VIII y debido a la variación de las rutas comerciales, Petra entró en un periodo de declive hasta desaparecer como ciudad importante y caer en decadencia y finalmente en el olvido.
Aunque en Petra todo es singular y bello, la fachada de Al –Khazneh (el tesoro), es sin lugar a dudas su lugar más famoso. Tiene 30 metros de anchura y 43 de alto y fue la tumba de un importante rey nabateo en el siglo I d.c.
EL TESORO |
Tumbas hay en Petra en cada rincón de la montaña, están bien elaboradas y esculpidas en la piedra, y hoy día aún se conservan más de 500 en buen estado.
Las paredes rocosas fueron convertidas con sutil habilidad en cubículos donde residir, tumbas donde morir, calles por las que transitar rodeadas de obeliscos, templos en los que rezar e incluso un teatro con capacidad para 3000 personas de estilo romano.
TEATRO ESTILO ROMANO, FOTO WIKIPEDIA |
Además el agua en Petra, aunque pueda resultar extraño, no escaseaba ya que un complejo sistema de canales excavados en la roca y que circunvalaba la ciudad servía para canalizar y filtrar el agua de lluvia que finalmente se almacenaba en cisternas para su posterior distribución.
Como se puede deducir, Petra era una gran ciudad donde vivir rodeado de gran belleza y dentro de un paraje idílico.
PETRA AL ANOCHECER |
La ciudad de Petra aún tiene mucho que mostrar al mundo. Cerca del ochenta por ciento de la ciudad se encuentra todavía bajo tierra a la espera de que los arqueólogos sigan rescatando de la oscuridad la belleza de la cual gozó en su día tan mítico lugar.
El 6 de diciembre de 1985 la UNESCO grabó el nombre de Petra en su lista de lugares patrimonio de la humanidad. El día 7 de julio del año 2007, la ciudad de piedra fue incluida entre las siete maravillas del mundo moderno.
PETRA ES UN TATUAJE EN LA MONTAÑA |
Mi hermana Susana terminó de imaginar su soñado viaje y todos nos quedamos en silencio. Como un velo pintado de rojizas piedras, el relato de Susana se desvaneció en el salón de casa entre el aroma del café que aún permanecía en el aire y la sensación de haber cambiado de época y caminado por los sinuosos senderos que conducen a la mágica ciudad de Petra.
*Querida hermana, deseo que un día Petra pase de ser tu viaje soñado con una taza de café en la mano, y se convierta en un reflejo vivo en las pupilas de tus ojos*.
Aportes y Datos:
Geographica, El hombre y la Tierra, Asia VI, Plaza y Janes 1973
National Geographic, Historia nº27, Carmen Blánquez Pérez
Prof. Titular Historia Antigua Universidad Complutense Madrid
Wikipedia
http://es.wikipedia.org/wiki/Petra
Visita Jordán.com
http://sp.visitjordan.com/Default.aspx?tabid=63
umentrytWow Jorge. Que pasada de información nos das en esta entrada. Sin duda alguna todos deseamos que tu hermana pueda cumplir sus sueños la belleza de las fotografías ponen de manifiesto la atracción de esta ciudad. Los 50º son un desanimo para mis ganas de compartir el viaje. Que curioso lo que cuentas de los canales, y como nos apañamos siempre para colonizar cualquier terreno por inhóspito que sea. Petra debió de ser como los paraísos fiscales que abundan en la actualidad. Donde abunda la riqueza ya se sabe. Mis felicitaciones por el reportaje Jorge y un abrazo.
ResponderEliminarEste es uno de los viajes que a uno le gustaría sin duda hacer. Siempre me ha llamado la atención esta ciudad y la tengo apuntada en mi agenda para cuando pueda visitarla. Lo malo el calor, aunque siempre la puedes hacer en invierno u otoño, aunque sea más caro, jejeje.
ResponderEliminarEstimado Karras,
ResponderEliminarQue la temperatura no sea óbice para que algún día planifiques un viaje a tan maravilloso lugar, siempre se puede planificar en meses de más frío.
Un saludo amigo.
Petra ha de ser un lugar mágico y enigmático. Tanto su historia como su ubicación son la base de que para mí también sea un lugar en mi lista de soñados lugares que visitar.
ResponderEliminarGracias sabores compartidos por tu grata visita a este sendero.
Precioso post nos muestras de Petra la ciudad enigmática y mágica tatuada en la montaña... cuantos secretos guardan sus paredes talladas en la roca.
ResponderEliminarPreciosas fotos dan ganas de visitar el lugar ...algún día puede ser que se haga realidad poder visitar este ensueño de tierra.
Un abrazo fraternal de MA y feliz día.
Preciosa ciudad la que compartes en las imágenes, me parece mágica, y la verdad es que me encantaría conocer este bellísimo lugar.
ResponderEliminarUn beso.
Jorge siempre me sorprendes con estos lugares tan pintorescos que si no fuera por ti seguramente no conoceria jamas ni siquiera en fotos.
ResponderEliminarMe ha encantado la foto con las velas al anochecer ^^ Te felicito, como siempre un buen articulo ^^!
Gracias María por tus palabras y tu paseo por este sendero.
ResponderEliminarUn saludo amiga.
hace 3 dias que regresamos de visitar, que maravilla es algo sorprendente toda la magia que encierra este lugar, les recomiendoy que el calor no sea una limitante para realizar este sueño.
ResponderEliminarMil gracias Naomi por tu recomendación. Ojalá pueda visitarlo en breve.
EliminarAgradezco tu huella en este sendero, y sanamente te envidio por lo que tus ojos disfrutaron en Petra.
Un abrazo.
A mí particularmente me gustaría visitar y quedarme para siempre.es justo clasificar a Petra y honrrarla como belleza única en el mundo,al igual que los que la construyeron son dignos de veneración por los siglos de los siglos.Por lo visto los del lugar son amables,poco avariciosos,viven con poco,y cren en el amor al prójimo,y en la caridad.Es indicativo de los musulmanes,y siento un paralelismo con el cristianismo. Petra es uno de los lugaresque tendré que visitar pronto. !Le agradezco a Jorge DONATO,sus fotos e informe de esta bellísima zona! adiós!
ResponderEliminar