J.J.D.R
¿Han oído alguna vez que un cirujano se opere así mismo?
Pues, aunque suene raro y notablemente excéntrico, ocurrió de verdad, y no debido a una locura pasajera del protagonista, sino a la necesidad de salvar su propia vida.
El galeno de tan rocambolesco episodio se llamaba Leonid Rogozov (14 de marzo de 1934- 21 septiembre 2000).
Licenciado en medicina en 1959 por el Instituto Pediátrico de Leningrado, éste médico ruso, comenzó la especialidad de cirugía durante un año, dejando los libros para formar parte de la sexta expedición Antártica soviética con 27 años de edad.
LEONID ROGOZOV |
En la estación de investigación Novolazarevskaya inaugurada el 18 de enero de 1961, compartían experiencias trece personas, siendo Rogozov el médico del grupo y único con conocimientos en medicina y quirúrgicos.
El día 29 de abril de dicho año, Rogozov comienza a sentirse indispuesto. Un dolor agudo y severo se apodera de su abdomen y trata de mitigarlo con calmantes. Pasado un tiempo, el aumento de la fiebre y los síntomas que padece le hace especular con la posibilidad de que esté padeciendo un inoportuno proceso de apendicitis. Los síntomas son muy claros y evidentes. Comienzan a llamar a las estaciones internacionales más cercanas con la esperanza de que en alguna de ellas dispongan de un avión. Pero no es así y el joven Leonid empeora a cada minuto. La climatología es muy mala y la estación rusa de Mirny está a 1.500 kilómetros de distancia. La situación es cada vez más delicada para Rogozov. Los vómitos son más frecuentes y el miedo a que la apendicitis desemboque en una peritonitis es palpable.
EN LA ESTACIÓN ANTÁRTICA |
Al día siguiente Rogozov toma una decisión. A sabiendas de que es imposible su traslado a una unidad quirúrgica, organiza el material necesario y dispone la sala para intervenirse así mismo. Sólo si actúa de inmediato podrá sobrevivir.
Para tan intrépida cirugía, fue respaldado por el conductor y otro miembro del grupo que era meteorólogo. Ellos le pasarían el instrumental que precisase y a la vez, sirviéndose de un espejo, darían visibilidad en las zonas donde el propio Rogozov no llegase a ver.
Después de anestesiar la zona localmente con novocaína, abrió su abdomen a las 22:00 horas infringiéndose una incisión de doce centímetros, por la cual, logró extirpar el apéndice que ya mostraba síntomas evidentes de perforación. Varias veces tubo que parar el proceso quirúrgico debido a las náuseas y algún que otro desvanecimiento, pero dos horas después, tras aplicarse antibióticos directamente en la cavidad peritoneal, cerró la incisión y concluyó con éxito su operación.
ESTACIÓN ANTÁRTICA |
EN PLENA OPERACIÓN Foto www.abadiadigital.com |
La gesta lograda por Leonid Rogozov tuvo gran repercusión social, hasta tal punto, que se le otorgó la Orden De La Bandera Roja Del Trabajo.
Foto www. zonacolectiva.com |
Como anécdota de tan curioso acontecimiento, aún se conservan en el museo de San Petersburgo del Ártico y la Antártida, el instrumental utilizado por Leonid Rogozov con el que salvó su vida de una muerte segura.
Aportes y Datos:
Wikipedia
http://es.wikipedia.org/wiki/Leonid_R%C3%B3gozov