J.J.D.R.
Sólo él poseía un don que le permitió escuchar el lamento de la piedra. Permanentemente, oía una muda plegaria en su conciencia animándole a cincelar sin descanso el puro y blanco mármol, hasta que conseguía rescatar el alma eterna de seres hasta entonces invisibles para el resto de los mortales. De sus agrietadas manos, tras la paciencia que tiembla con el ritmo vibratorio que ejerce el duro cincel, la vida en piedra de Moisés resurgió del frío ostracismo que había en el corazón del mármol blanco, como el bufido etéreo de un sueño que cobra vida y que sin llegar a ser carne, le faltó solamente hablar para estar vivo.
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EL MOISÉS DE MIGUEL ÁNGEL (Foto exploraroma.com) |
Roma es un museo al aire libre. Cada calle, cada esquina, cada recodo del camino equivale a sentirse abrumado por la historia que soportan sus cimientos y fachadas. Centro neurálgico de la cristiandad, por doquier hallamos iglesias convertidas en sedes de culto de las cuales muchas son paso obligado para los millones de visitantes que aman el arte y que acuden a Roma anualmente para deleitarse con la magia que encierran los colosales tesoros artísticos que en ella se guardan. Si algo posee Roma en grandes cantidades es arte…mucho arte.
san Pietro in Vincoli (san Pedro encadenado) es una pequeña iglesia situada en la zona del Esquilino. Seguramente el templo pasaría desapercibido si no fuera por que en su interior se conservan dos reliquias bien dispares que hacen de san Pietro in Vincole un lugar de paso obligado cuando se visita Roma.
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IGLESIA DE SAN PIETRO IN VINCOLE |
La primera reliquia es un objeto de veneración para muchos fieles católicos. Se trata ni más ni menos que de las cadenas que supuestamente medraron y arrebataron la libertad al mismísimo San Pedro y que se conservan en el interior de un hermoso cofre dentro de la capilla. De la presencia de este objeto en el interior del recinto le viene el nombre a la iglesia.
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CADENAS DE SAN PEDRO (Foto minube.com) |
La segunda reliquia que se conserva aquí, y objeto de este artículo, lo catalogaré como tesoro de la humanidad y muestra perfecta del sentimiento hecho arte y perfección.
Ante la imponente figura del Moisés de Miguel Ángel las palabras se minimizan y se tornan vacías, diáfanas de contenido, incapaces de explicar la grandeza del conjunto escultórico que la fachada de la iglesia contiene.
Uno se siente pequeño ante el poder que despliega la fisonomía del Moisés.
Sentado, Moisés muestra la furia del desconcierto, la decepción del engaño, la desesperación ante la burla y el menosprecio. Sus piernas están en tensión. Los pliegues de sus vestiduras parecen agitarse justo antes de que el cuerpo se alce para cargar contra su pueblo. La tensión se palpa en cada centímetro de la escultura, fiel reflejo del instante en el que después de descender del monte Sinaí portando las tablas con las leyes divinas, observa a su pueblo venerando becerros de oro y ebrios por el efecto de alcohol.
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Foto sobreitalia.com |
El dolor contenido en su rostro, mezcla de indignación y perdón, se ve agravado por una ligera inclinación de la cabeza. Aprieta con rabia el regalo divino bajo su brazo y junto a sus hombros, se puede respirar la fuerza contenida y la indignación que siente ante lo que está presenciando.
Unos pronunciados cuernos coronan la cabeza. Son el resultado de un error de traducción de un texto del Éxodo (34:29-35) por parte de San Jerónimo. Dicho texto hace alusión a que Moisés se caracterizaba por tener karan ohr panav (un rostro del que manan rayos de luz) pero el traductor de la Biblia, del hebreo y el griego al latín, conocida como (Vulgata) lo tradujo como (cornuta esset facies sua) que quiere decir su rostro es cornudo. De todos es sabido que Miguel Ángel era un defensor del texto sagrado y no dudó en seguir al pie de la letra lo que en la Vulgata estaba escrito. De ahí nacieron los cuernos que adornan la cabeza del Moisés.
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DETALLE DE LA CABEZA |
Miguel Ángel Buonarotti tenía cuarenta años cuando terminó la que consideró su escultura más realista. Pero sería a los setenta años de edad cuando la vería expuesta lejos del lugar que en un principio debería haber ocupado.
El Moisés fue diseñado en principio como parte de un conjunto escultórico colosal confeccionado con cuarenta y siete esculturas que serían colocadas bajo la cúpula de San Pedro en el Vaticano. El encargo lo realizo el papa Julio II en 1505, pero tras su muerte en 1513, Miguel Ángel vio como reducían el proyecto inicial una vez tras otra, desesperándose por ello al contemplar como el sueño de su vida se desplomaba continuamente. Miguel Ángel se consideraba escultor. La pintura le entregó gran fama, pero lo consideraba un arte menor. Cuando conocí de estas palabras, provenientes del hombre que pintó la capilla Sixtina, comprendí el sublime don que poseía este artista.
Mucha culpa de que el gran proyecto no llegar a concluirse se debió a la intermediación de Donato Bramante ante los papas que precedieron a Julio II, desviando constantemente los fondos económicos para sus proyectos en la Basílica de San Pedro, dejando como última prioridad el trabajo proyectado por Miguel Ángel.
Después de muchos pesares y desacuerdos, tras firmar contratos que nunca llegaban a completarse, el proyecto se vio reducido a solamente unas pocas figuras.
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ESCLAVOS EN EL MUSEO DEL LOUVRE DE PARÍS (Foto fotolog.com) |
A la izquierda del Moisés está Raquel y a su derecha Leah, primera y segunda esposa de Jacob. Miguel Ángel terminó de esculpir dos figuras más, el esclavo moribundo y el esclavo rebelde, que hoy se pueden ver en el museo del Louvre de París. Dejó sin acabar otros cuatro esclavos; el joven, el barbudo, Atlas, y el esclavo que se despierta, pero lo hizo a propósito. Cansado de emular a toda costa la perfección que su mente diseñaba, dejó cautivos a los esclavos en el mármol como símbolo de la fuerza titánica que muestra la escultura al tratar de salir de su prisión de roca y conseguir la libertad.
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ATLANTE |
Miguel Ángel trabajaba hasta 14 horas diarias esculpiendo y llegó a cincelar tres esculturas a la vez, impresionando a propios y extraños que no entendían como era capaz de no confundir lo que pretendía expresar en cada mármol.
Muy a pesar suyo, el inigualable artista, tuvo que conformarse con ver nacer su Moisés del frío mármol de carrara y dejarlo prácticamente aislado, alejado de la grandeza que su mente proyectó, huérfano del esplendor monumental que un día diseño para él.
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Foto wiki.org |
Cuentan que una vez terminó la escultura, Miguel Ángel se puso frente a su creación y tras golpear la rodilla derecha de la estatua le dijo con firmeza ¿Por qué no me hablas?
Contemplando tan majestuosa obra de arte, no es extraño esperar que la talla monumental del Moisés, termine irguiendo su pétreo cuerpo y finalice con aplomo el acto final para el cual fue concebido.
Aportes y Datos:
Bibliografía
Michelangelo de Irving Stone
Historia del arte de Espasa
Wikipedia
http://es.wikipedia.org/wiki/Mois%C3%A9s_de_Miguel_%C3%81ngel
http://es.wikipedia.org/wiki/San_Pietro_in_Vincoli
Uff Jorge, es que lo estoy mirando ahora y lo de siempre, ¿cómo podían hacer estas maravillas? Si es que son más reales que yo, aunque para eso no hace falta mucho y hablan más, cierto, incluso se mueven más.
ResponderEliminarEste Miguel Angel era todo un personaje, vaya.
Un abrazo
Hola Dany, Miguel Ángel es sin dudas el artista que más me ha conseguido maravillar. Su realismo es tan impresionante que creo nadie conseguirá nunca superarle.
EliminarUn abrazo.
Esto es un Don Divino, sin duda alguna. No le hace falta, si con observarla ya te lo dice todo. Por si acaso, no le voy a tocar la otra rodilla.
ResponderEliminarLo miro y lo remiro, y es impresionante, me da hasta repelús ese realismo.
Besos Jorge.
Yo tuve la fortuna de poder verlo en persona hace algunos años y te puedo asegurar que es impresionante tanto su realismo como el brillante resplandor que desprende.
EliminarUn abrazo amiga Ion.
Impresionante manifestación de realismo y arte en su estricto y puro sentido.
ResponderEliminarParece que tienen vida y se cuidaba hasta el más mínimo detalle.
Miguel Ángel fue un adelantado a su Tiempo y creo que su Arte trasciende a lo Humano.
Precioso Post.
Un abrazo.
Cierto Pedro Luis, tanto él como coetáneos suyos tan transcendentales para el arte como Rafael Sanzio o Leonardo, fueron adelantados a su tiempo que consiguieron adueñarse de técnicas y trucos artísticos que aún hoy son un misterio inalcanzable a pesar de la tecnología moderna.
EliminarUn abrazo.
Ainsss Jorge si mi profesora de arte me hubiera explicado las cosas así, la hubiera escuchado más, es que es magia la manera de contárnoslo, y me apetece seguir leyendo.
ResponderEliminarAhora me da pena, porque en bachillerato fueron de viaje a Roma de fin de curso, yo no pude, tenía que trabajar para pagarme la universidad, y mira, me perdí todas estas cosas... Creo que algún día iré. Un besazo.
Jeje, creo amiga mía que la clave está en ver el arte como tú lo imaginarias. Cierto que si alguien te explica anécdotas y cosas que sucedieron durante la creación de una obra o que tengan que ver con la vida del artista, siempre veremos diferente el resultado.El arte está rodeado de grandes historias que pueden por sí solas enamorar y seducir al que las contempla.
EliminarUna pena que no pudieses acudir a Roma. Yo siempre soñé con ir y ése sueño logré cumplirlo. No es que me encantase Roma, es que me enamoró de tal forma que sé que algún día volveré.
Un abrazo.