J.J.D.R
Intenten hacer un esfuerzo momentáneo. Por un instante, se encuentran en medio del extremo Oriente ruso donde la temperatura media es de 45 grados bajo cero. Pensarán qué, abrigados y por un espacio de tiempo relativamente corto, la situación en ese lugar podría ser soportable.
Ahora bien, de nuevo, intenten imaginar que están en medio de la nada soportando temperaturas que pueden bajar hasta los 70 grados bajo cero.
Algún valiente, quizás, se sentirá capaz de soportar tremendo frío.
Por ello, y para acelerar la bajada de humos de algún intrépido aventurero, señalaré algunos detalles de suma importancia que en principio omití.
Usted se encuentra en Oymyankon, en la península de Yakutia, a unos 7000 Km de Moscú. Las tierras de dicha provincia son tremendamente fértiles y sus laderas y valles reportaron pingües beneficios al estado soviético gracias a sus minas de plata, platino y oro.
Pero volvamos a Oymyankon. Para entender las dificultades diarias de sus aproximadamente 2300 habitantes, les contaré algunas desventajas de vivir en sitio tan recóndito y frío.
El pastoreo de ganado vacuno y sobre todo el de renos junto con la pesca, son los principales medios de subsistencia en ésta localidad.
Las vacas solo dan leche de junio a octubre, dado que las temperaturas el resto del año son tan bajas que es imposible ordeñar. Suelen cubrir las ubres de las vacas con cuero tejido a modo de pantalones para preservarlas del frío. La leche se vende y se reparte en estado sólido. En lugar de agua corriente se utilizan bloques de hielo que después se calienta para poder utilizar el agua. Los niños en edad escolar sólo van a clase si el termómetro no desciende por debajo de los 52 grados. La habilidad de éstos peculiares pobladores de tierras tan inhóspitas, se hace valer sobre todo en la pesca. Son grandes pescadores. Para tal empresa hacen un agujero en la enorme capa de hielo donde introducen el sedal y el anzuelo. Han de ser rápidos y astutos. Aunque la pesca no escasea, pasar demasiado tiempo a la intemperie puede causarles serios problemas.
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OYMYANKON |
Como ejemplo, añadiré que un pez capturado tarda unos veinte segundos en congelarse. Tan desaforado y eterno es el frío reinante en Oymyakon que, si lanzas al aire un cubo de agua hirviendo, se congelará antes de caer al suelo.
No exagero al escribir que esta localidad es la más fría del planeta. En 1926 se registró la que hasta fecha de hoy se ha considerado la temperatura más baja jamás registrada en la tierra. El termómetro llegó a marcar menos 72,1 grado Celsius.
Los cristales de los camiones son de doble capa y acostumbran a dejar los motores encendidos para evitar que el líquido anticongelante, haga todo lo contrario. Incluso suelen dejar hogueras encendidas debajo de los camiones para mantener la temperatura elevada y poder encender el motor al día siguiente.
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ESCLAVIZADOS |
Pero Oymyakon, a parte de merecer el título de la ciudad más fría del planeta, también es conocida gracias a la carretera que llega hasta allí.
¿Qué puede tener de especial una carretera? Se preguntarán. Pues bien, para poder explicarles que necesidad había de construir una vía de 2031 km en paraje tan desolador, y cómo tal infraestructura llegó a ser desgraciadamente famosa mundialmente, hemos de remontarnos a 1932, año en el cual comenzó la construcción de la “autopista de Kolyma”.
Bajo el mandato y la autoridad de Stalin, el Directorado del Dalstroi encargado de las obras a gran escala de la ahora extinta Unión Soviética, decide la construcción de una carretera que circunvale el Extremo Oriente ruso y una las poblaciones de Nizhny Bestyakh, en su comienzo, y Magadán como destino final. El motivo, según el NKVD, (antecesores del KGB), es proyectar y ejecutar una vía que sirva de comunicación y abastecimiento para sus tropas.
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Foto www.viajesbelicos.com |
En aquel momento podría parecer una operación simple y llanamente objetiva, e incluso adecuada, pensando en los intereses de un país inmenso y poderoso como Rusia. Tener una buena infraestructura allanaría las necesidades de comunicación entre las inagotables tierras siberianas, máxime en momento tan delicado como 1932, dónde tan reciente tenían la gran guerra y conscientes eran de la posibilidad de nuevos conflictos armados, como así sucedería tras el estallido en 1939 de la segunda guerra mundial.
Desde todos los lugares de la URSS, miles de prisioneros, hombres críticos con el marxismo y disidentes políticos, son enviados a la construcción de la carretera.
Marcados con una T de “Troskistas” (trotskismo, movimiento desarrollado por León Trotsky, visión contrarréplica al régimen de Stalin), éstos hombres experimentarían en aquellos meses la peor de sus pesadillas.
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Foto es.wikipedia.org |
Llegados a su nueva residencia, desde lo alto de una empalizada, un cartel les daba la bienvenida con la siguiente frase; “El trabajo en la URSS es una cuestión de honradez, gloria, valor y heroísmo”, cuatro palabras sarcásticamente puestas allí, y que serán borradas y olvidadas por los hombres en cuestión de días.
Hacinados en las peores de las condiciones humanas, el frío es el elemento que hará la labor de purgar a los más débiles. Las jornadas de trabajo en la cantera de Kolima y en las labores de cavado y asfaltado, son de 16 horas diarias. Cada minuto, cada hora, cada día; son decenas, cientos, los hombres que se desploman sobre la dura nieve. Sobrevivir un solo día es una gran victoria. La vida no tiene valor bajo tan extremas temperaturas. Los esclavos están desnutridos. Son prisioneros hambrientos y congelados que pelean con saña una migaja de pan. La ración diaria de un prisionero no supera los 200 gramos. La dieta consiste en una sopa aguada y gachas. Hay hombres que si llegasen a quitarse las múltiples capas de ropa que llevan caerían al suelo sin poder sujetar su propio esqueleto. Les mantiene en pie la rigidez y dureza de la ropa congelada. Los piojos minan las barbas y cabellos de los hombres. El escorbuto y el tifus se unen al frío como causa principal de las muertes.
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Foto www.suite101.net |
Cada nuevo día llegan a Kolima prisioneros para ser ejecutados lentamente a base de frío y trabajo agotador.
Stalin ha planificado a conciencia su particular forma de exterminio. Cada escalafón de la soldadesca sabe manejar a la perfección las argucias necesarias para hacer llegar a los esclavos hasta el clímax del sufrimiento y el dolor. Suelen aprovechar a los prisioneros veteranos para sus sucias tramas. Los veteranos, por lo general hombres ya sin ningún tipo de escrúpulos, son mezclados con los nuevos prisioneros para herirles y violarlos sistemáticamente. Les privan del sueño, los fustigan como animales y les propinan descargas eléctricas.
El sufrimiento a de ser constante. La muerte ha de ser su única liberación.
Por ello, muchos hombres optan por suicidarse. No es necesario hacer nada extraordinario. Solo basta con quitarte, mientras estás en la carretera, una prenda de ropa, una chaqueta, la camisa interior, el abrigo... para que en cuestión de minutos la sangre se hiele y se muera por congelación. Si escupes, la saliva se congela en el aire.
Cuatro horas disponen para dormir. Has de tener cuidado al despertar ya que los pelos se han congelado y si reposan en los barrotes de las literas has de tirar y arrancarlos de cuajo.
El aire es tan crudo y mortífero que se hiela en los pulmones. El alma se convierte en un bloque de hielo, sobre todo al ver algún hombre que, al no poder abrocharse los pantalones a causa del dolor que siente en sus dedos congelados, termina llorando como un niño.
La supervivencia no conoce reglas. Bien lo saben en Kolima. Sobrevivir no sólo es una cuestión de fuerza o inteligencia. En Kolima sobrevive el que más ropa posee, ése que tras un fallecimiento ha logrado coger una prenda de ropa. A la hora de la comida, robar una ración al pobre desgraciado que se tambalea medio muerto te genera un superávit de proteínas que significa un día más de vida.
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HOMBRE CONGELADO |
La media de estancia en Kolima es de un año. Más allá de este período, lo normal es que hayas muerto. Si vives más tiempo se encargan de matarte, pues entienden que has robado comida o ropa para sobrevivir.
La carretera no es lo importante. La muerte es lo primordial.
La dirección general de los campos (Glávnoie Upraulenie Lagueré) siglas de GULAG, se complace enormemente por la celeridad con la que el asfalto crece sobre la nieve.
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LAS MINAS |
Los cuerpos de miles de fallecidos se amontonan en las cunetas de la carretera.
Entonces surgen las ideas. La piedra es base fundamental en la construcción de carreteras. Una capa de piedra sirve para estabilizar y asentar sobre el terreno las sucesivas capas de hormigón y asfalto. Si pueden ahorrarse el envío de la piedra para la carretera los costes bajaran satisfactoriamente.
Ya nadie entierra los cuerpos de los desgraciados que han fallecido. Tal esfuerzo no quiere realizarlo nadie. La propia tierra escupe los cuerpos que han sido sepultados. Para sustituir la piedra, utilizarán los huesos de los cientos de miles de muertos en Kolima. Entre el cemento, el hormigón y el propio terreno, los huesos de los prisioneros envuelven cada centímetro de los 2031 kilómetros de la autopista.
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AUTOPISTA DE LOS HUESOS |
Al término de la construcción de la carretera en 1953, el 98 por ciento de los trabajadores que fueron empleados en Kolima fallecieron.
Del archipiélago GULAG de Stalin, nació una de las mayores atrocidades acometidas por el ser humano. Comparable en número de victimas y dolor infligido, a los genocidios cometidos por Hitler en sus campos de exterminio. A las barbaridades cometidas por Pol Pot en Camboya bajo el régimen de los jemeres rojos, o al genocidio llevado a cavo por Paul Kagame, artífice de las mayores atrocidades en Ruanda entre Hutus y Tutsis.
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AUTOPISTA DE LOS HUESOS |
Realmente, Oymyakon es el lugar más frío de la tierra.
En su corazón helado, en lo profundo de su simiente siberiana, las almas pétreas de cientos de miles de compatriotas yacen congeladas bajo sus pies.
La carretera de Kolima, cómo no puede ser de otra forma, pasó a conocerse como la autopista de los huesos.
Una roca llora, y al llorar, dignifica con sus lágrimas el recuerdo pétreo a la humillación y el asesinato de millones de personas en todo el archipiélago GULAG, y especialmente en la autopista de los huesos, donde se levanta el monumento conocido como...
La máscara del lamento.
Monumento a las victimas de Kolima.
Aportes y Datos:
Wikipedia;
http://es.wikipedia.org/wiki/Oimiak%C3%B3n
http://es.wikipedia.org/wiki/Autopista_de_Kolima
En breve, espero poder volver a recorrer con el tiempo necesario, tantas casas blogueras que en el último mes no he podido visitar como quisiera.
ResponderEliminarApenas tengo tiempo de terminar las historias a medio redactar guardadas en el cajón.
Por ello, os dejo la que fue mi primera publicación en este espacio, de esto hace ya casi tres años...cómo pasa el tiempo.
Espero que os guste. Un abrazo y gracias por caminar por este sendero.
Uy a uno se le enconeje el corazón a ver como el ser humano es capaz de tantas atrocidades. Un beso y te me cuidas.
ResponderEliminarAunque se pueda pensar que estas atrocidades son cosa del pasado, hoy día, en muchos puntos del planeta se sigue masacrando a la gente y esclavizando sin compasión. Para quedarse helado...
EliminarUn abrazo.
Hola Jorge, tremendo lo que nos narras, espeluznante y aterrador, como puede haber tanta crueldad en el mundo.
ResponderEliminarComo aprendo con todo esto que nos compartes....gracias.
Abrazos y no te preocupes por la falta de tiempo, a todos nos pasa.
Hola Betty, somos la única especie capaz de atentar contra su propia integridad como grupo incluso hasta extremos que nos puedan dejar en un hilo de supervivencia como especie. Y eso que dicen que somos la especie animal inteligente...
EliminarUn abrazo amiga.
Pues si que me ha gustado Jorge.
ResponderEliminarEspero no tener que recorrer nunca esa carretera, me daría mal rollo tras conocer los detalles de como fue construida.
Fuimos y seguiremos siendo unos energumenos, esto no va a cambiar.
un abrazo amigo
Hoy día, hay una ruta motera famosa que trascurre por buena parte de esta autopista. En cuanto a cómo el ser humano es capaz de acometer tamañas atrocidades, es algo que jamás podré entender.
EliminarUn abrazo.
Hola Jorge, no conocía ni sabia nada de esta "maldita" carretera y las atrocidades que en su construcción se hicieron, la verdad que ya de por si estar alli era una heroicidad sobrevivir en aquellas condiciones de frío y maltrato en todos los sentidos, una pena que en muchos sitios del mundo existan estos lugares que tantas vidas costo por no simpatizar con el desgraciado del dictador que en ese momento gobernaba, hay que fastidiarse con los dichosos dictadores de las narices que parece que disfrutan haciendo cosas tan atroces como estas, tu mismo nombras a otros dictadores que a cada cual a cometido algo parecido o peor, aquí mismo ya tuvimos como bien sabes a uno y su "obra" del Valle de los Caídos, todos de una forma u otra han dejado digamos su "recuerdo" en forma tan horrible a costa de la vida de quienes no estaban conforme con ellos, nunca he entendido ni quiero entender que se mate a una persona por ser contrario a los ideales de otro.
ResponderEliminarAunque es triste lo que nos cuentas me ha gustado saber una cosa mas, felicidades por la entrada que aunque como dices fue tu primera publicación aquí, como no la conocía te lo agradezco mucho que la hayas publicado de nuevo y así conocerla, espero que ese tiempo del que no dispones sea por trabajo y no por motivos de salud, venga cuidate y sabes que aquí te estamos esperando:)
Besos.
Siempre habrá líderes que sean capaces de descontrolar a las masas y llevarlas a la locura. En las guerras, estos líderes tiene un campo virgen donde ver colmada su sed de sangre y dolor a costa de otros.
EliminarEstimada amiga, mi salud está bien, no así las horas que tengo al día,que se acortan de una manera increíble.
Un abrazo.